domingo, 18 de abril de 2010

Y el septimo día descansó ...

Sí, el domingo, ese día que reservas para realizar lo que nunca harás, que respiras por inercia, que ingieres comida solo un par de veces, que no oyes tu voz, que te levantas con dolor de cabeza por el alcohol, falta de sueño, exceso de sueño o por que tu vecino fue a pasar el día anterior en Leroy Merlin (hacer bricolaje ese día debería estar castigado con penas de cárcel), ese día que al reloj le cuesta avanzar, que el televisor coge polvo, en definitiva ese día que se repite exactamente igual al de siete días atrás. Ese día es hoy, pero podría ser peor... mañana es lunes.

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